En muchas ocasiones no valoramos como la naturaleza nos maravilla cada día. Por eso no hablaremos de las mismas cosas de nuestros anteriores comunicados. Esta vez será diferente, vamos a hablar de algo que es de todos, es decir, del problema.
Vivir en un “espacio” limpio y libre de basura es lo que nos enseñan desde que somos pequeños, pero muchas veces olvidamos que ese “espacio” no es solamente en el que nos encontramos en algún momento, ese espacio es todo el planeta, de nada sirve tener la casa impecable si cuando vamos al parque, comemos un caramelo y arrojamos la envoltura en el camino, o si en la playa dejamos enterrada la basura en la arena, o si al salir con nuestra mascota dejamos sus heces en la calle; ahora no solo se trata del abandono de nuestra basura, es cuánta generamos diariamente, pensemos por un momento, ¿a dónde va todo eso? al tirar la basura, estamos tirando recursos naturales, el consumo crece y la basura no se queda atrás, si algo es cierto es que ambas son solo uno.
Actualmente el plástico convive con las especies marinas, y eso es realmente injusto. Imaginemos por un momento que en nuestra casa lleguen residuos con los que no tenemos nada que ver, residuos que invadan nuestro espacio y que lo contaminen sin importar si estamos presentes o no; ya es hora de hacer algo desde donde podamos, porque no estamos lejos de empezar a sentir esta incomodidad en los lugares que frecuentamos.
Recordemos la magia que hace la naturaleza en nuestra vida, recordemos cuando éramos pequeños y nos gustaba rodar en el pasto una y otra vez, cuando nos bañábamos en esa cascada refrescante aquel día soleado, la paz que sentíamos al contemplar toda una ciudad en la cima de una montaña y ni hablar de la concentración que nos embargaba cuando pasábamos horas construyendo un castillo de arena, o esa conexión con nosotros mismos al contemplar la inmensidad del mar y la tranquilidad de mirar el cielo sin importar si es de día o de noche. Esos son algunos de los momentos que nos ayudan a escapar, que nos hacen reflexionar acerca de la vida que llevamos y a disfrutarla mucho más. Por eso quiero invitarlos a que entre estas reflexiones, pensemos y valoremos poder disfrutar de ese aire, de esa vista, de ese aroma, de ese momento, o incluso esa compañía que lo hace sentir tan bien. Esto funciona también con las personas que hacen o han hecho parte de nuestra vida, pensémoslo así, cuando descuidamos algo es porque no nos interesa, y es cierto que para cuidar algo, antes de saber cómo hacerlo, tenemos que querer hacerlo y ser conscientes de la importancia que eso implica. Cuando eso esté en nosotros, esos tips y sugerencias que vemos de manera repetitiva en campañas ambientales van a significar algo y van a dejar de ser solo ruido en nuestro día.
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DICIEMBRE 27, 2018